
Estas flores tan vistosas son muy fáciles de hacer y las podemos comer como aperitivo o entrante en alguna comida especial.
Los ingredientes que las componen combinan a la perfección y se comen en un plis plas. Vamos a ver el proceso.
- 1 placa de hojaldre
- Queso de untar
- Salmón ahumado
- Calabacín
En primer lujar cortaremos la lámina de hojaldre en tiras de entre 3 y 4 dedos de grosor.
Vamos a untar un poquito de queso a lo largo de toda la tira de hojaldre y procedemos a cortar el calabacín en rodajas muy finitas.
Vamos a ir colocando las rodajas de calabacín a partir del centro de la tira de hojaldre de modo que sobresalgan por un lado. Colocamos rodajas hasta cubrir todo el lateral de hojaldre, superponiéndolas un poco entre sí. Para que se entienda bien este paso, en la siguiente imagen podéis ver como se debería ir montando:

Sobre el calabacín vamos a colocar tiras de salmón.
"Cerraremos la tira de hojaldre", la plegamos abarcando los ingredientes en su interior, y enrollamos toda la tira desde un extremo al otro como si quisiéramos hacer un rollito. Con este sencillo paso ya se irá creando la forma de la rosa.

Una vez que tengamos nuestras rosas listas, las colocamos sobre una bandeja de horno con papel de hornear o dentro de una bandeja de magdalenas (para evitar que se abran mucho) y las metemos al horno previamente precalentado a 180º entre 15 y 20 minutos. Hasta que veamos que el hojaldre está hecho y se pone algo doradito.

El resultado es muy llamativo y resultan realmente apetecibles.
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